A medicalização da vida social na periferia do capitalismo

Resumen

Resumen

Esta propuesta es el resultado de una tesis doctoral que analizó la relación entre la superexplotación laboral y el aumento de la medicalización en los sectores de la clase trabajadora que acceden a los servicios públicos de atención primaria de salud (APS) en el municipio de Florianópolis, SC. ​​La medicalización de la vida social es un fenómeno complejo, objeto de un debate abierto con diversas posturas que reflejan diferentes concepciones de la realidad. El tema ha adquirido gran relevancia académica y social. Es frecuente encontrar noticias en los principales medios de comunicación que destacan a Brasil como uno de los mayores consumidores de psicofármacos y analizan la generalización de la enfermedad mental en la sociedad brasileña. La medicalización de la vida social comienza con la incorporación al ámbito médico de problemas que, hasta entonces, no se consideraban susceptibles de intervención. Constantemente surgen nuevos diagnósticos y trastornos, lo que nos lleva a agrupar fenómenos tan diversos y heterogéneos en un mismo espacio de clasificación. En este sentido, la evolución de la nosología psiquiátrica ha generado una ramificación y flexibilización sistemáticas de los criterios diagnósticos, que establecen como patológicas formas sutiles de sufrimiento.El fortalecimiento de las explicacionesbiomédicas sobre las conductas definidas como normales y anormales, y los diagnósticos médicos, principalmente psiquiátricos, se han convertido en una herramienta importante para explicar e intervenir en los procesos vitales de los trabajadores en la sociedad capitalista brasileña. Esto se debe a que las explicaciones hegemónicas de las expresiones relacionadas con la salud mental de la población tienden a abordarse como un «problema en sí mismo», refiriéndose a ellas como un problema individual, cuyo origen se sitúa en la mente de los individuos, a través de desequilibrios químicos cerebrales derivados de desviaciones de la personalidad, o bien como un conjunto de problemas morales y conductuales. Desde esta perspectiva, la mente o el cerebro serían entidades autónomas y prefabricadas que se objetivan en los individuos, produciéndolos, en un determinismo o estructuralismo cerebral/psicológico. La investigación de campo se desarrolló en los dos centros de salud más grandes de los distritos sanitarios sur y continental de la capital, Santa Catarina, con usuarios diagnosticados con ansiedad y depresión que esperaban atención de los profesionales de los Servicios Sociales de dichas unidades. Los criterios de elegibilidad consideraron a usuarios adultos, de ambos sexos, que recibían atención de profesionales de Servicios Sociales en centros de salud seleccionados y que declararon tener un diagnóstico de los denominados Trastornos Mentales Comunes (TMC). El enfoque metodológico se basó en una investigación cualitativa crítica y válida, de carácter observacional, con muestreo por conveniencia debido a la facilidad de acceso a los usuarios y a que se trata de una investigación esencialmente cualitativa, en la que el análisis del contenido del discurso individual fue fundamental (Bardin, 1977). Por razones éticas, la investigación se basó exclusivamente en los informes de los participantes, sin obtener otras fuentes secundarias de información, como el acceso a las Historias Clínicas Electrónicas (HCE). Dado que la medicalización de la vida social no se produce aisladamente de los procesos y determinaciones macrosociales, y considerando que la superexplotación laboral constituye el núcleo central de la reproducción del capitalismo dependiente en América Latina —es decir, delimita la forma fundamental de producción de plusvalía en estas latitudes, siendo determinante del carácter extremo de las contradicciones capitalistas en estas sociedades—, en términos de Marini (2005). El modo de producción capitalista en América Latina tiene un carácter sui generis; esta idea se refiere a las formas particulares que rigen la reproducción del capital en las economías dependientes, en el marco del desarrollo del capitalismo como sistema mundial. En este sentido, la explotación del trabajo se presenta bajo la forma particular de superexplotación y opera mediante tres mecanismos principales. El primero se refiere al aumento de la intensidad del trabajo, mediante el cual el trabajador llega a producir, en la misma jornada laboral, una cantidad de bienes mayor que la producida en condiciones anteriores. El segundo método consistiría en la extensión de la jornada laboral, añadiendo tiempo de trabajo excedente en relación con el tiempo de trabajo necesario; es decir, ampliando el período de producción dedicado a generar valor no apropiado por el trabajador. El tercer método se refiere a la apropiación de parte del fondo de consumo del trabajador, reduciendo el fondo necesario para garantizar su subsistencia, en favor de la expansión del fondo de acumulación de capital. Este conjunto de modalidades promueve el agotamiento prematuro de la fuerza física y mental de los trabajadores, así como la baja remuneración por su reproducción social. Por lo tanto, este estudio buscó problematizar los elementos estructurantes y de estructuración que constituyen y permean la organización y el desarrollo del capitalismo periférico, sin descuidar su entrelazamiento con expresiones de racismo, patriarcado y sus consecuencias para la salud mental de los trabajadores, especialmente en la actual fase de desmantelamiento de los derechos sociales, arduamente conquistados, pero materializados solo parcialmente y de forma contradictoria. Se puede concluir que la medicalización de la vida social constituye una estrategia o recurso ampliamente utilizado en las políticas de salud mental, promoviéndose los psicofármacos como una solución naturalizada. Además, puede servir para ocultar los principales problemas y dilemas que experimentan a diario los trabajadores, una clase oprimida y superexplotada bajo el capitalismo.