Determinación social, desarrollo sostenible y educación popular

(re)pensando la salud humana y planetaria

Resumen

En vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025 (COP 30), la trayectoria de la implementación de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) muestra solo avances leves. El clima político global desfavorable ha tenido un impacto negativo, culminando en la ruptura de acuerdos y pactos multilaterales por parte de gobiernos conservadores, lo que obstaculiza el progreso en el logro de algunos objetivos y provoca retrocesos en otros. Por lo tanto, el logro de los ODS depende de un cambio profundo en el modo de producción actual. Transformaciones de esta magnitud son complejas y exigen acciones educativas en diferentes espacios sociales capaces de promover la descolonización del conocimiento, evitando así la perpetuación de las tragedias socioambientales derivadas de las políticas neoliberales como si se tratara de un proceso natural. Este trabajo tuvo como objetivo analizar la relación entre el logro de los ODS de la Agenda 2030 y el proceso de determinación social y ambiental de la salud en el contexto de la crisis estructural del capitalismo, centrándose en la Educación Popular en Salud como alternativa para la movilización hacia la necesaria descolonización del pensamiento latinoamericano y la consiguiente transformación social. Para ello, se realizó un ensayo teórico, de carácter exploratorio y basado en una perspectiva de investigación cualitativa, entendiendo que estos trabajos se fundamentan en argumentos y debates sobre un tema, recurriendo a teorías acerca de una cuestión específica: las relaciones entre el modo de producción capitalista y la salud global. La determinación social de la salud constituye una elaboración teórica esencial para la construcción de una ciencia crítica y políticamente relevante, que involucra procesos caracterizados por la interdependencia y la autonomía, y que expresa la contradicción entre los factores que promueven la salud y los que la perjudican. Así, la determinación de la salud humana se realiza mediante el análisis del modo de producción predominante en un lugar y período histórico determinados, así como del grado de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales establecidas entre los sujetos. No es casualidad que persistan las desigualdades históricas derivadas de las acciones del Norte Global, las cuales configuran políticas y prácticas de salud a menudo desconectadas de las realidades locales y de otras regiones del mundo. Esta colonización no se limita a la dimensión política o económica, sino que también abarca la dimensión epistémica; es decir, afecta a cómo se define la salud, quién produce conocimiento válido y qué prácticas se reconocen como legítimas. En este sentido, las epistemologías del Sur proponen el reconocimiento del conocimiento popular, tradicional y comunitario como fundamental para la construcción de políticas de salud más justas, dialógicas y contextualizadas. Desde esta perspectiva, es urgente valorar el conocimiento local, analizar críticamente los procesos estructurales y construir políticas de salud pública que articulen la justicia social, la equidad y la descolonización, para superar la explotación capitalista. Si para la sociedad capitalista es vital promover la explotación laboral, generando desigualdad y miseria, se puede afirmar que lo que el capitalismo necesita para sobrevivir y progresar es precisamente lo opuesto a lo que se defiende para la salud. Por esta razón, entendemos que la consecución de los ODS está absolutamente ligada a la superación del modo de producción capitalista. Basándonos en el pensamiento marxista, el proceso salud-enfermedad se traduce en la expresión de las contradicciones entre capital y trabajo, donde las crisis ambientales no son naturales, sino consecuencias del modelo de producción capitalista que genera desigualdades y degrada la vida. Así, la determinación social amplía el debate al articular la salud, la justicia ambiental y la sostenibilidad, señalando la necesidad de transformar las estructuras económicas y políticas que generan tanto enfermedad como destrucción ambiental. Para elaborar una teoría de la transición hacia un nuevo orden social se requiere un esfuerzo colectivo, que creemos posible mediante la Educación Popular (EP) centrada en problematizar las inequidades en salud. La EP se conceptualiza como una pedagogía dialógica y participativa, con una perspectiva de clase que valora los diferentes tipos de conocimiento, además de ser un movimiento político, social y cultural de movilización y concientización. Por lo tanto, entiende la lectura del mundo, un acto político práctico La Educación Popular en Salud (EPS) es un enfoque educativo que busca recuperar la humanidad arrebatada a las personas oprimidas. De esta manera, se reafirma que la EPS se lleva a cabo con la intención de luchar por la humanización, el trabajo libre, la desalienación y la afirmación de las personas como personas. La EPS constituye una perspectiva teórico-metodológica y ético-política, presente en diversas experiencias de movimientos sociales latinoamericanos, que matiza la naturaleza política y el poder pedagógico de la educación popular en el sector salud. Es una perspectiva educativa decolonial, crítica, dialógica y participativa que estimula el desarrollo del pensamiento crítico, para que las personas busquen comprender su realidad, problematizando y reflexionando sobre la resolución de los problemas que las oprimen. Las estructuras colonialistas presentes en las políticas y narrativas sobre salud y bienestar de los ODS de la Agenda 2030 invisibilizan el conocimiento local, marginando a poblaciones históricamente excluidas, como las personas negras, los pueblos indígenas y la comunidad LGBTQIAPN+, e ignorando sus experiencias culturales y comunitarias. Paradójicamente, citan la erradicación de la pobreza, la igualdad de género y la reducción de las desigualdades como metas. Es urgente valorar las epistemologías locales, reconocer el territorio político y cultural de la salud y (re)construir políticas que sean verdaderamente sensibles a las realidades latinoamericanas. En el marco de estas reflexiones, defendemos a EPS como un movimiento educativo de resistencia, que fortalece la lucha contra la deshumanización impuesta por la lógica de la producción capitalista y las inequidades sociales que esta genera. Por ello, creemos en la educación en diversos contextos como instrumento de construcción crítica, dialógica y participativa para que la población pueda superar, mediante la lucha popular, las atrocidades de las que somos víctimas de este sistema perverso, cruel y explotador.